jueves, 28 de febrero de 2013

Equipo


Nos gusta pensar que somos independientes, solitarios, incorformistas... que somos nuestro único imprescindible para seguir adelante. Pero la verdad es que ni con lo mejor de nosotros mismos podemos hacerlo solos. La vida es un deporte de equipo, y tienes que levantarte del banquillo y decidir en qué equipo estás jugando. Elegir equipos en la vida real no es como solía ser en clase de gimnasia. Ser el primer elegido puede ser terrorífico. Y ser el último elegido es lo peor del mundo. Así que miramos desde las afueras, aferrados a nuestro aislamiento porque sabemos que en cuanto dejamos el banquillo llega alguien y cambia el juego por completo.

Sigamos el viento

Hagamos las cosas porque queremos, y jamás nos dejemos arrastrar. Sigamos el viento cuando éste sople en la dirección que nos interesa. Pero los vientos cambian, porque el mundo cambia. Y si el mundo cambia o cambia nuestra forma de percibir el mundo, no podemos quedarnos anclado en un plan que ya no se adapta a él. Hay que cambiar de planes, cambiar de ideas.

martes, 26 de febrero de 2013

Futuro

Cuando algo comienza, normalmente no sabes como acabará. La casa que ibas a vender se convierte en tu hogar, los compañeros de piso se convierten en tu familia y la aventura que ibas a olvidar se convierte en el amor de tu vida. Pasamos la vida preocupándonos por el futuro, planteándolo, intentando predecirlo, pensando que saber como será amortiguará el golpe, pero el futuro cambia constantemente. El futuro es el hogar de nuestros miedos y de nuestras esperanzas, pero algo es seguro cuando por fin se revela el futuro nunca es como lo imaginábamos.

Cerrando el círculo


jueves, 21 de febrero de 2013

El día más importante de tu vida

Nunca sabes cual va a ser el día mas importante de tu vida, los días que crees que serán importantes, nunca son como los imaginas en tu cabeza los días normales que empiezan igual que otro cualquiera, son al final los más importantes... hoy a sido la boda, fue preciosa, perfecta. Nunca sabes que el día más importante de tu vida es el más importante hasta que lo vives. no reconoces el día más importante de tu vida hasta que estás dentro de él. El día que te entregas a algo o a alguien, el día en el que te rompen el corazón, el día que conoces a tu alma gemela, el día en el que te das cuenta de que no hay casi tiempo, porque quieres vivir para siempre. Esos son los días más perfectos.
Muchas veces, las decisiones que tomas, por muy correctas que te parezcan, te conducen directamente al desastre. 

jueves, 7 de febrero de 2013

Radiantes de felicidad


Se suele creer que el pensamiento positivo ayuda a llevar una vida más feliz. De pequeños nos decían que sonriéramos y que pusiéramos cara de estar contentos, de mayores nos dicen que miremos el lado positivo, que no hay mal que por bien no venga y que el vaso está medio lleno. A veces la realidad se impone y te impide comportarte como si fueras feliz. La salud te puede fallar, tu pareja te puede engañar, tus amigos puedes defraudarte, en esos momentos solo quieres aceptar la realidad, olvidar las apariencias y ser tu mismo, asustado e infeliz.
Si le preguntas a la gente qué quiere en la vida, la respuesta es sencilla: ser felices. Pero quizá sea esa expectativa, querer ser felices, lo que nos impide llegar a serlo. Quizá cuanto más intentemos obligarnos a ser felices, más confundidos estemos, hasta que ni nos reconocemos. En vez de eso seguimos sonriendo, e intentamos ser esas personas felices que quisiéramos ser, hasta que nos damos cuenta que lo hemos tenido delante. Ni en nuestros sueños, ni en nuestras esperanzas, sino en lo que nos hace sentir cómodos, en lo que conocemos.
Normalmente al escoger, hacemos las cosas por una razón de peso. Y a menudo, aquella razón se escapa al entendimiento de los demás. Porque no suele ser la razón más obvia, sino la más importante.

Deseo

Sabemos lo que queremos y somos capaces de hacer cualquier cosa para llegar ahí. Pero demasiado a menudo, lo que más quieres es justo lo que no puedes tener. El deseo nos deja con el corazón roto, nos agota. El deseo puede romper tu vida. Pero por muy duro que pueda ser querer algo, la gente que más sufre, son los que no saben lo que quieren.
Desconocemos las emociones de aquellos que nos rodean y, al mismo tiempo, ocultamos las nuestras, las disimulamos creyéndonos así más seguros. He podido comprobar que los sentimientos de los humanos son intensos y violentos, porque tienden a reprimirlos, porque provenimos de un mundo en el que es más importante lo que está socialmente aceptado, lo que es socialmente correcto, que los sentimientos de cada uno.

A imagen y semejanza

Al principio, Dios creó el Cielo y la Tierra, al menos eso es lo que dicen. Creó los pájaros en el aire y las bestias en la tierra, y miró a su creación y vio que estaba bien. Y entonces Dios creó al hombre, y la cosa está yendo de mal en peor desde entonces. La historia sigue insistiendo en que Dios creó al hombre a su propia imagen y semejanza, pero no hay mucha prueba de ello. Después de todo, Dios hizo el Sol y la Luna y las estrellas, y hace que todo sea un problema. Y cuando el hombre se encuentra en problemas, que es la mayoría de veces, se convierte en algo más grande que él mismo. El amor o la fe o la religión dan sentido a todo. Pero para la mayoría, la única cosa que tiene algún tipo de sentido es la ciencia. Pero el milagro de la vida por sí mismo es; por qué la gente vive y muere, por qué hieren y son heridos sigue siendo un misterio. Queremos saber el motivo, el secreto, la respuesta en la contraportada del libro… porque el pensamiento de que estemos solos aquí es demasiado para que lo afrontemos. Pero al final del día, el hecho de que congeniemos el uno con el otro a pesar de nuestras diferencias… no importa lo que creamos, es razón suficiente para seguir creyendo.

Perdón

En la vida sólo hay algo seguro, a parte de la muerte y los impuestos, por mucho que te esfuerces, por buenas que sean tus intenciones: cometerás errores, harás daño, te lo harán a ti y si quieres recuperarte sólo puedes decir una cosa: te perdono. Perdonar y olvidar, es lo que dicen. Es un buen consejo, pero no es muy práctico. Cuando alguien nos hiere deseamos herirle. Cuando alguien nos trata mal queremos tener razón. Sin perdón las cuentas pendientes no se saldan, las viejas heridas no cicatrizan. Lo máximo que podemos esperar es que algún día tengamos la suerte de olvidar.